Ricardo Gameroff
Socio Director de Kreston BA Argentina
Se avecina la crisis de la deuda argentina de 2025: ¿Puede evitarla el presupuesto de déficit cero de Milei?
noviembre 20, 2024
La crisis de la deuda argentina de 2025 se cierne amenazadora si no se toman medidas decisivas. Al presidente Javier Milei le esperan 12 meses difíciles. Así lo pone de relieve un reciente análisis del Financial Times. En 2025, el país deberá hacer frente a vencimientos de deuda superiores a 14.000 millones de dólares, mientras que sus reservas netas en el Banco Central se encuentran actualmente en terreno negativo. Lee el artículo escrito por Ricardo Gameroff, Socio Director de Kreston BA Argentina, en FDI Intelligence, o lee el resumen a continuación.
A pesar de reconocer los esfuerzos fiscales del actual gobierno y la credibilidad que ha construido hasta ahora, la agencia de calificación crediticia Moody’s advierte de la probable necesidad de renegociar parte de la deuda externa argentina el año que viene. Esta perspectiva se basa en la estrecha balanza exterior del país, una limitación que Moody’s prevé que persista al menos hasta 2026.
La perspectiva de un nuevo impago -un acontecimiento que ha afectado repetidamente a la economía argentina- suscita preocupación entre los inversores y la comunidad financiera mundial. Ante esta situación, la administración del presidente Javier Milei ha dado prioridad al cumplimiento de estas obligaciones financieras, entendiendo que un nuevo impago dañaría gravemente la credibilidad de Argentina y restringiría significativamente su acceso a los mercados financieros mundiales.
La crisis económica de Argentina: Los principales retos de la deuda en 2025
La estrategia del gobierno para evitar un nuevo impago se basa en un presupuesto de déficit cero previsto para 2025. Esta iniciativa obliga a que los gastos no superen los ingresos, marcando un cambio hacia una gestión fiscal responsable destinada a restablecer la confianza de los inversores. La administración de Milei se ha comprometido a no contraer nueva deuda ni recurrir a la emisión monetaria para financiar el gasto público, centrándose en cambio en mantener un presupuesto equilibrado. Esta disciplina fiscal es esencial, ya que cualquier superávit se destinará al pago de la deuda, reduciendo la necesidad de préstamos adicionales.
Factores positivos: Políticas favorables a la inversión y apoyo mundial
El enfoque económico del Presidente Javier Milei ha devuelto la estabilidad a los indicadores macroeconómicos de Argentina con sorprendente rapidez. De cara a 2025, las perspectivas son alentadoras, con una previsión de crecimiento del PIB del 5% a medida que surtan efecto los incentivos a la inversión extranjera. Nuestro reciente artículo sobre la inversión en Argentina esbozaba algunas de estas oportunidades que han despertado el interés de los inversores extranjeros. En el centro de estos esfuerzos se encuentra el Programa de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece importantes beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros, junto con estabilidad normativa durante 30 años, para inversiones superiores a 200 millones de dólares en sectores clave como la minería, la energía, la tecnología, el petróleo y el gas, la construcción, el turismo y la silvicultura.
Un ejemplo reciente de esta política en acción es la inversión de 4.000 millones de dólares anunciada por BHP en asociación con el grupo minero canadiense Lundin, una clara muestra de confianza en el clima inversor de Argentina. Estos proyectos mineros aportan divisas a la economía al tiempo que amplían la producción y las exportaciones nacionales, lo que a su vez ayuda a acumular reservas de dólares.
Además, el Programa de Activos No Declarados del gobierno pretende animar a la gente a declarar los activos no registrados anteriormente. Este esfuerzo no sólo ayuda a aumentar las reservas de divisas y a combatir la evasión fiscal, sino que también refuerza la inversión nacional. Hasta ahora se han declarado unos 14.000 millones de dólares, con la esperanza de alcanzar los 40.000 millones al final del programa. Aunque estos fondos no pueden utilizarse directamente para pagar la deuda internacional, son un impulso crucial para sectores nacionales como la agricultura, la minería, la energía, la construcción y la industria manufacturera. Se espera que esta afluencia de inversiones ponga en marcha un ciclo de crecimiento del empleo, mayor consumo y aumento de las exportaciones, que aportarán más divisas.
El crecimiento del PIB previsto para 2025 también se alinea con un ambicioso objetivo de reducir la inflación, uno de los mayores obstáculos económicos de Argentina. El objetivo es reducir la inflación anual al 18,3% el próximo año, un descenso significativo respecto a la tasa actual del 236,7% en agosto de 2024. Aunque ambicioso, alcanzar este objetivo proporcionaría una estabilidad esencial y mejoraría el poder adquisitivo de los argentinos.
Ya se ven signos de progreso. En el último año, la inflación mayorista ha bajado del 54% en diciembre de 2023 a sólo el 2% mensual, mientras que la inflación minorista ha caído del 25,5% al 3,5%, con expectativas de que esta tendencia a la baja continúe.
Apoyo internacional: Respaldo del FMI y de los mercados financieros
En el frente político, tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como Estados Unidos han expresado su voluntad de apoyar a Argentina. Ante la preocupación de que el fracaso económico pueda alimentar el retorno de gobiernos populistas, las potencias internacionales se inclinan por respaldar las actuales políticas de estabilización financiera de Argentina. Este apoyo podría llegar a través de nueva financiación o refinanciación de la deuda, lo que daría al gobierno de Argentina el respiro necesario para evitar una crisis financiera.
Tras un reciente artículo del Financial Times, la reunión de Luis Caputo con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en Washington, reforzó estas señales de apoyo internacional. Georgieva destacó el progreso económico de Argentina, señalando un “entendimiento compartido de las prioridades del país”, y abrió la puerta a un nuevo programa del FMI, que podría añadir fondos para reforzar las reservas del Banco Central de Argentina.
Las interacciones han sido notablemente positivas, y Georgieva ha reiterado el compromiso del FMI de apoyar las reformas estructurales en curso en Argentina y de explorar un paquete de financiación que alivie la presión sobre las reservas del Banco Central.
El reciente reconocimiento de Caputo como “Ministro de Finanzas del Año” por LatinFinance y los banqueros de Wall Street subraya la confianza de la comunidad financiera internacional en la estrategia económica de Argentina. Este respaldo refleja un consenso compartido entre los principales actores financieros sobre la importancia de las reformas de Argentina para cumplir sus obligaciones sin incurrir en impago.
Retos actuales: Las condiciones del FMI y las dudas del gobierno
A pesar de los avances, siguen existiendo retos importantes. El FMI ha subrayado la necesidad de reformas adicionales, como una mayor flexibilidad del tipo de cambio, un tipo de cambio unificado y el levantamiento de los controles de divisas que restringen las compras de moneda extranjera y los flujos de capital hacia el exterior. Estas medidas aumentarían la flexibilidad del mercado de divisas de Argentina y mejorarían su acceso al mercado internacional.
Aunque el FMI considera que estas reformas son esenciales para la estabilidad a largo plazo, al gobierno de Milei le preocupa que su aplicación inmediata pueda desencadenar otro repunte inflacionista, poniendo en peligro los recientes logros económicos. Esta tensión pone de manifiesto el objetivo del gobierno de evitar presiones inflacionistas que podrían desestabilizar el panorama político y social de Argentina.
Perspectivas para 2025: Optimismo con retos reales
A pesar de estos obstáculos, las perspectivas económicas de Argentina para 2025 siguen siendo positivas. La estrategia de Milei, anclada en la disciplina fiscal, el control de la inflación y los incentivos a la inversión extranjera a través del programa RIGI y otros, está dando resultados prometedores. El apoyo del FMI y de la comunidad financiera internacional refuerza aún más la confianza en la capacidad de Argentina para cumplir sus obligaciones y evitar un impago.
Si el gobierno puede mantener sus reformas estructurales y equilibrar las exigencias del FMI con la estabilidad interna, los objetivos de crecimiento y equilibrio fiscal de Argentina parecen al alcance de la mano. Una estrategia de inversión sólida, respaldada por los mercados internacionales, ofrece a Argentina una oportunidad real de impulsar su recuperación y superar su ciclo de crisis recurrentes.
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