Carmen Cojocaru
Socio Director de Kreston Rumanía
Con más de 20 años de experiencia profesional en contabilidad, externalización de procesos empresariales, auditoría y fiscalidad como contable titulada, auditora financiera y asesora fiscal, Carmen Cojocaru (socia directora de Kreston Rumanía) se centra en ayudar a los clientes empresariales en su mundo contable, fiscal y de auditoría.
Explicación del Reglamento sobre taxonomía de la UE
March 8, 2023
El Reglamento sobre Taxonomía de la UE es un acto legislativo en curso con importantes repercusiones en la forma en que evaluamos, medimos e informamos sobre la actividad sostenible. Es esencial comprender las reglas a medida que el mundo avanza hacia una economía verde.
Las finanzas verdes siguen siendo un factor crucial para afrontar los retos climáticos del mundo: cuantas más inversiones puedan canalizarse hacia actividades responsables con el medio ambiente, y alejarse de las perjudiciales, más cerca estaremos de una economía sostenible.
Pero aunque hay muchas personas deseosas de hacer inversiones que sean buenas para el planeta, el campo se ha visto plagado de una falta de definiciones claras y de un lenguaje regulado en torno a las inversiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG). El uso del llamado “lavado verde” por parte de las empresas para presentarse como sostenibles también ha dañado la confianza del público en tales afirmaciones.
Para atajar este problema y financiar el crecimiento sostenible, la Comisión Europea ha creado un plan de acción con dos objetivos: garantizar la transparencia y reorientar los flujos de capital hacia la inversión sostenible.
Para alcanzar estos objetivos, la Comisión ha presentado el concepto de taxonomía.
¿Qué es el Reglamento comunitario sobre taxonomía?
El Reglamento sobre Taxonomía (2020/852) es un acto legislativo de la UE que entró en vigor en julio de 2020.
Su misión es definir actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental y orientar más capital hacia actividades que contribuyan sustancialmente a los objetivos del Pacto Verde de la UE: neutralidad climática, contaminación cero, preservación de la biodiversidad, economía circular y un alto grado de eficiencia energética.
Al establecer una lista de actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental e informar sobre ellas a empresas, inversores y responsables políticos, la taxonomía tiene una serie de ventajas, entre ellas:
● seguridad para los inversores
● proteger a los inversores privados del lavado verde
● ayudar a las empresas a ser más respetuosas con el clima
● mitigar la fragmentación del mercado
● Desplazar las inversiones allí donde más se necesitan.
En resumen: la taxonomía de la UE es un sistema de clasificación que traduce los objetivos climáticos y medioambientales de la UE en criterios claros, para crear un lenguaje común en torno a las actividades ecológicas.
Objetivos y actividades: ¿qué se considera sostenible?
El Reglamento sobre Taxonomía establece seis objetivos medioambientales:
- Mitigación del cambio climático: el proceso de mantener la temperatura media mundial por debajo de 2 °C para 2050 y proseguir los esfuerzos para limitarla a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, tal y como se establece en el Acuerdo de París.
- Adaptación al cambio climático: adaptación al cambio climático real y previsto y a sus efectos
- Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos
- La transición a una economía circular
- Prevención y control de la contaminación
- Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas
El Reglamento también establece tres clases de actividades que pueden incluirse en la taxonomía:
- Primarias: actividades que contribuyen directamente a uno de los seis objetivos medioambientales anteriores.
- Transitorias: actividades que apoyan la transición hacia una economía neutra desde el punto de vista climático.
- Posibilitadoras: actividades que facilitan indirectamente las actividades primarias.
Para que una actividad se considere subvencionable, debe contribuir sustancialmente al menos a uno de los seis objetivos medioambientales de cualquiera de las tres actividades.
Hasta ahora, la UE sólo ha adoptado formalmente los dos primeros objetivos medioambientales: mitigación del cambio climático y adaptación al mismo.
También se han adoptado requisitos de divulgación asociados a las actividades de gas natural y energía nuclear.
Alineación: ¿qué se considera una contribución sustancial?
Definir la elegibilidad de una actividad económica según la taxonomía es un paso del proceso. Lo siguiente es muy importante: la alineación.
La alineación de la taxonomía de la actividad debe definirse mediante criterios técnicos de selección (CST), es decir, los requisitos y umbrales específicos que deberá cumplir cada actividad para que se considere que contribuye significativamente a un objetivo de sostenibilidad y que no causa daños significativos a terceros.
El TSC se establece en la legislación derivada de la UE, denominada actos delegados.
En ellas se establecen los siguientes criterios para definir una actividad alineada como sostenible desde el punto de vista medioambiental:
- Contribuir sustancialmente al menos a un objetivo medioambiental. La actividad económica debe tener potencial para realizar cualquiera de las siguientes actividades:
○ sustituir las actividades de alto impacto (por ejemplo, las energías renovables)
○ tener un impacto medioambiental positivo sustancial
○ Reducir sustancialmente los efectos adversos sobre el medio ambiente (por ejemplo, reducir sustancialmente los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero). - No causar ningún daño significativo (DNSH) a ningún otro objetivo medioambiental. La actividad económica no debe impedir que se alcancen los demás objetivos medioambientales.
- Cumplimiento de las salvaguardias sociales mínimas. La actividad debe cumplir las normas mínimas sobre:
Derechos humanos
○ responsabilidad social
Derechos laborales
○ procedimientos anticorrupción
Las organizaciones deben seguir las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales y los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos, incluida la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (“OIT”) relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, los ocho convenios fundamentales de la OIT y la Carta Internacional de Derechos Humanos. - Cumplimiento del TSC.
Las actividades que cumplen estas cuatro condiciones son consideradas sostenibles desde el punto de vista medioambiental por el Reglamento sobre Taxonomía, pero esto no significa necesariamente que las actividades que no las cumplen sean “insostenibles”.
En opinión de la UE, las actividades pueden suponer una contribución sustancial cuando tienen un bajo impacto en el medio ambiente y tienen potencial para sustituir actividades de alto impacto (por ejemplo, energías renovables), reducir el impacto de otras actividades (por ejemplo, tratamiento de aguas residuales) o realizar una contribución medioambiental positiva (por ejemplo, restauración de humedales).
Estos tipos de actividades no se enumeran explícitamente en el Reglamento sobre la Taxonomía, pero hay formas de entender el significado de “contribución sustancial” que se les aplica.
Informes: ¿qué deben hacer las empresas?
A partir de enero de 2023, las empresas sujetas a la Directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD) deben divulgar información sobre cómo y a qué escala las actividades son sostenibles desde el punto de vista medioambiental, demostrando las proporciones de facturación, gastos de capital (CapEx) y gastos operativos (OpEx) con KPI en su informe de gestión, como parte de un informe de sostenibilidad.
Las empresas que entran en el ámbito de aplicación de la Directiva sobre información no financiera (NFRD) ya estaban obligadas a elaborar un informe no financiero en el que se presentaran cuestiones medioambientales y sociales, el respeto de los derechos humanos, la lucha contra la corrupción y el soborno, la diversidad en los consejos de administración de las empresas y la distribución de la facturación, los gastos operativos y los gastos de capital entre las actividades sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
(Las que entran en el ámbito de aplicación del NFRD son las grandes empresas de interés público con más de 500 empleados: empresas que cotizan en bolsa, bancos, compañías de seguros y otras PIE).
Puede obtener más información sobre los informes de sostenibilidad de las empresas en el sitio web de la Comisión Europea.
Aplicación de las normas: herramientas de ayuda
Si las normas aún le desconciertan o se pregunta dónde encajan las actividades de su organización, no es el único. La UE reconoce que el Reglamento sobre Taxonomía es muy complejo y difícil de integrar en las bases de datos empresariales y otros sistemas.
Para facilitar las cosas, la Comisión ha creado la Brújula de la Taxonomía de la UE, que incluye las actividades que pueden acogerse a la taxonomía, los objetivos a los que contribuyen sustancialmente y los criterios que deben cumplir.
Otra plataforma que ayuda a las partes interesadas de los sectores público y privado es la Plataforma de Finanzas Sostenibles, órgano consultivo que asesora sobre la Taxonomía de la UE, el marco más amplio de las finanzas sostenibles, el CST y el seguimiento de los flujos de capital hacia inversiones sostenibles.
El Reglamento sobre Taxonomía -junto con el SFDR, el CSRD e iniciativas políticas en curso como la “etiqueta ecológica” de la UE para productos financieros minoristas y la Norma de Bonos Verdes- garantizará que las actividades alineadas con la taxonomía sean visibles y reconocidas en las decisiones de inversión.
La transición verde
Cumplir el CST puede seguir siendo opcional para algunas empresas, pero cualquiera puede beneficiarse de mejorar su rendimiento ecológico. Con el tiempo, todas las empresas tendrán que adaptarse a métodos de trabajo más sostenibles, en lo que muchos consideran una “transición verde”.
Las empresas que deseen contribuir sustancialmente a los objetivos climáticos y medioambientales pueden decidir voluntariamente utilizar estos criterios al planificar su transición hacia la sostenibilidad.
Las empresas con actividades alineadas con la taxonomía se beneficiarán de los inversores institucionales y minoristas que quieran tener un impacto medioambiental positivo, y de los bancos interesados en inversiones verdes y que consideren la posibilidad de ser incentivados (por ejemplo, a través de préstamos).
Para realizar la transición, las empresas deben comprender el concepto y el mecanismo de la taxonomía, lo que, como vemos, no es tarea fácil. La Taxonomía de la UE avanza a un ritmo vertiginoso, lo que tiene sus defectos.
Un reto común es hacer frente a la ambigüedad de los criterios. Por ejemplo, la aplicación del DNSH y las salvaguardias mínimas para las actividades en torno a la adaptación al cambio climático pueden ser difíciles de definir. Otro reto son las diferentes interpretaciones y comparaciones de las divulgaciones.
El lado positivo es que, por primera vez, será posible comparar empresas con las mismas actividades económicas.
Se espera que en 2023, con el nuevo mandato de la Plataforma sobre Financiación Sostenible, continúen las revisiones y nuevas orientaciones (por ejemplo, sobre la aplicación de la Ley Delegada de Medio Ambiente).
El proceso de aplicación de la Taxonomía de la UE está aún por aprender de la experiencia, pero se espera que las empresas mejoren y tengan un impacto natural y sostenible. Las empresas que vean en la taxonomía una oportunidad continua y actúen en consecuencia se beneficiarán en el futuro. Una cosa es segura: la Taxonomía de la UE establece el nuevo patrón oro de las actividades económicas.
Háblenos de cómo puede afectarle el Reglamento sobre Taxonomía de la UE.